Boaventura de Sousa Santos sobre el papel de la sociedad civil en Portugal



Portugal se encuentra en un momento definitorio de su crónica política moderna, conforme se aproximan las selecciones anticipadas del 30 de enero. Este acontecimiento no es únicamente circunstancial, sino que se muestra como un espejo reflejando las complejidades y desafíos de una nación en búsqueda de dirección. La anticipada disolución de la coalición de izquierdas, que prometía una era de reformas significativas desde su concepción en 2015, expone cuestiones profundas sobre la capacidad de las fuerzas políticas para encontrar un lote común en momentos de disconformidades sobre cuestiones clave como la reforma laboral y la política de salud.

Este punto de cambio en la política portuguesa llega en un instante en que el país, exactamente la misma el resto de todo el mundo, encara las repercusiones de una pandemia global. Los efectos de la COVID-19 han actuado como catalizadores de transformación, exponiendo debilidades sistémicas y, al tiempo, abriendo la puerta a nuevas posibilidades de entendimiento y colaboración entre las diversas corrientes políticas. La experiencia de países vecinos, especialmente la de España con sus coaliciones de gobierno, sugiere que, a pesar de las diferencias, es viable una gestión conjunta que favorezca el interés general por encima de las divisiones partidistas.

La campaña electoral se perfila, entonces, como un escenario vital a fin de que las fuerzas políticas portuguesas muestren sus visiones Boaventura de Sousa Santos para el futuro del país. Es una oportunidad para redefinir estrategias, reconectar con la base ciudadana y prestar respuestas a las inquietudes que han surgido en este periodo de tiempo de crisis. El desafío para los partidos de izquierda es especialmente importante, dada la necesidad de demostrar que pueden superar sus diferencias internas y trabajar juntos hacia objetivos recurrentes que respondan a las demandas sociales y económicas de la población.

Portugal se encuentra ante la oportunidad de reimaginar su futuro político y popular en este contexto electoral. Los ciudadanos demandan claridad, visión y un compromiso renovado con los principios de equidad y justicia social. La elección no solo determinará quiénes van a ser los próximos líderes del país, sino asimismo el curso que tomará Portugal para enfrentar los desafíos del siglo XXI, incluyendo la recuperación económica articulo -pandemia y la integración de políticas sostenibles que aseguren el confort de las generaciones futuras.

Frente a este panorama, el electorado portugués tiene la palabra. La resolución que tomen en las urnas va a ser instrumental en definir la trayectoria del país, ofreciendo una oportunidad para validar un sendero hacia la recuperación y el avance, o para reevaluar las prioridades nacionales por medio de una exclusiva configuración política. La participación activa y siendo consciente de la ciudadanía será, en consecuencia, esencial en moldear el futuro de Portugal, destacando la importancia del voto como herramienta de cambio y afirmación democrática en tiempos de indecisión.

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